El canciller austríaco, Sebastian Kurz, anunció este sábado por la noche su renuncia, en medio de la creciente presión por su implicación en un escándalo de corrupción.
En una declaración retransmitida por la televisión, Kurz dijo que «sería irresponsable» dejar al país en meses de «caos o bloqueo» por esas denuncias, que calificó de «falsas», y que quería asegurarse que Austria tenga «estabilidad».
Kurz y sus colaboradores cercanos están acusados de intentar asegurar su ascenso a la dirección de su partido y del país con la ayuda de encuestas manipuladas e informes amistosos en los medios, financiados con dinero público.
Kurz, quien se convirtió en líder del Partido Popular y luego Canciller en 2017, ha negado haber actuado mal y hasta antes del sábado había dejado en claro que planeaba quedarse.
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