Reuters
Los niveles de deuda mundial alcanzarán un récord de 313 billones de dólares en 2023, con las economías en desarrollo alcanzando un pico en la relación entre la deuda y su producto interior bruto, según un estudio.
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), un grupo comercial de servicios financieros, dijo este miércoles que la deuda mundial aumentó en más de 15 billones de dólares en el último trimestre del 2023 respecto al año anterior.
La cifra se situaba en unos 210 billones de dólares hace casi una década, según los datos.
«Alrededor del 55% de este aumento se originó en los mercados maduros, impulsados principalmente por Estados Unidos, Francia y Alemania», señaló el IIF en su reporte Global Debt Monitor, añadiendo que el ratio deuda/PIB mundial se redujo en alrededor de dos puntos porcentuales, hasta casi el 330% en 2023.
Aunque la reducción del ratio fue «especialmente notable» en los países desarrollados, algunos mercados emergentes registraron máximos en la lectura que indica la capacidad de un país para devolver sus deudas. India, Argentina, China, Rusia, Malasia y Sudáfrica registraron los mayores aumentos, lo que indica posibles retos crecientes en el pago de la deuda.
El IIF añadió que la economía mundial se está mostrando «resistente» a la volatilidad de los costos de endeudamiento, lo que ha provocado un repunte de la confianza de los inversores.
El apetito por el endeudamiento está creciendo especialmente en los mercados emergentes en 2024, ya que los volúmenes de emisión de bonos soberanos internacionales han aumentado.
El comienzo del año -generalmente un momento de gran actividad para las ventas de deuda de todo tipo- ha visto cómo Arabia Saudita, México, Hungría, Rumania y muchos otros países emitían grandes cantidades de bonos, alcanzando un récord histórico en enero con 47,000 millones de dólares.
El IIF expresó su preocupación por una posible reactivación de las presiones inflacionarias, que podría traducirse en un aumento de los costos de endeudamiento.
Además, la geopolítica se ha convertido rápidamente en un «riesgo estructural del mercado», dijo el IIF, con una mayor fragmentación que suscita preocupación sobre la disciplina fiscal en todo el mundo.
Los déficits presupuestarios de los gobiernos siguen muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia, y una aceleración de los conflictos regionales podría desencadenar un brusco aumento del gasto en defensa», añadió.
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