El gobierno de Estados Unidos expresó de inmediato su apoyo a las protestas anti gubernamentales en Cuba por la crisis que padece ese país sin reconocer que las medidas estadunidenses diseñadas para asfixiar la economía de la isla, y que la comunidad internacional acaba de condenar por 29 ocasión, tienen justo el propósito de generar ese tipo de crisis, y sin mencionar los millones de dólares que Washington dedica para intervenir en los asuntos internos de Cuba incluyendo promover justo ese tipo de manifestaciones.
El presidente Joe Biden expresó “nuestro apoyo al pueblo cubano y su clamor por libertad y alivio ante las trágicas consecuencias de la pandemia y las décadas de represión y padecimiento económico a las que ha sido sometido por el régimen autoritario de Cuba”. Agregó que el “el pueblo cubano está actuando con valentía al reivindicar sus derechos fundamentales y universales” y llamó a que el “régimen cubano escuche a su pueblo y atienda sus necesidades en este momento vital en lugar de enriquecerse”.
El secretario de Estado, Antony Blinken, comentó en conferencia de prensa que “decenas de miles” de cubanos salieron a las calles para “ejercer sus derechos de asamblea pacífica y expresar sus perspectivas… llamando por la libertad y derechos humanos” y que criticaron al “régimen autoritario cubano por fracasar en atender las necesidades más básicas de la gente, incluyendo alimento y medicina”. Instó al gobierno cubano a no reprimir a los manifestantes y permitir que ese pueblo pueda “determinar su propio futuro”.
Ambas declaraciones, como varias más de sus subordinados en el gobierno, fueron notables por lo que no mencionaron: que las políticas del embargo de seis décadas junto con más de 243 medidas más impulsadas durante el gobierno de Donald Trump están diseñadas justo para asfixiar la economía cubana y para provocar carencias de alimento, combustible y medicinas. Justo por sus efectos sobre el pueblo cubano fueron condenadas por la abrumadora mayoría de la Asamblea General de La Organización de Naciones Unidas el 23 de junio, incluyendo a casi todos los aliados de Washington con la excepción de Israel.
Tampoco mencionaron que Washington continúa distribuyendo más de 20 millones de dólares anuales en “asistencia” a agrupaciones cubanas anti gubernamentales. En el proyecto de ley del presupuesto federal para el próximo año fiscal, se está proponiendo otorgar otros 20 millones para “construcción de democracia, derechos humanos y programas de sociedad civil en Cuba”. También se propone casi 13 millones para Radio y TV Martí entre otros canales de propaganda (no es público cuántos millones más en operaciones secretas).
Lo que ha sorprendido a varios expertos y observadores de la relación bilateral es la decisión del nuevo gobierno de Biden de, hasta la fecha, no hacer un giro en la política hacia la isla, la cual prometió hacer en su campaña electoral donde afirmaba que las políticas de aislamiento de Cuba habían fracasado.
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