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La Cámara de Representantes de Texas, liderada por el Partido Republicano, llevó este sábado al fiscal general del estado Ken Paxton a juicio político por cargos que incluyen sobornos y abuso de la confianza pública, un revés histórico y repentino para un colega republicano que ascendió hasta convertirse en una estrella del movimiento legal conservador a pesar de años de escándalos y supuestos delitos.
La votación da pie a una suspensión inmediata de Paxton a su cargo hasta que se dé a conocer el resultado del juicio en el Senado del estado y le otorga al gobernador, el republicano Greg Abbott, la facultad para designar a alguien más para desempeñarse de forma interina como el principal abogado de Texas.
La votación representa una caída abrupta para uno de los combatientes jurídicos más reconocidos del Partido Republicano, quien en 2020 solicitó a la Corte Suprema que revirtiera el triunfo electoral del presidente Joe Biden sobre Donald Trump. También convierte a Paxton en el tercer funcionario en ser llevado a juicio político en los casi 200 años de historia de Texas.
Paxton, de 60 años, afirmó que el proceso de destitución era un “teatro político” basado en “rumores y chismes, repitiendo afirmaciones refutadas durante mucho tiempo” y un intento de privar de sus derechos a los votantes que lo reeligieron en noviembre. Se desconocía dónde se encontraba Paxton el sábado, pero mientras se realizaban los procedimientos en la cámara baja, el retuiteaba publicaciones de sus simpatizantes.
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