La aplicación de la vacuna contra el COVID-19 para personas de 30 a 39 años en el Municipio de Escobedo, fue para Jorge y Angélica una experiencia totalmente opuesta a la que pensaron.
Al ser personas sordomudas, los esposos, vecinos de la Colonia Girasoles, creyeron que tendrían dificultades para comunicarse con el personal instalado en el módulo de las Plazas Outlet, pero quedaron sorprendidos al ser atendidos por una trabajadora del DIF Municipal que conocía la lengua de señas mexicanas.
Jorge Tapia, de 34 años, y Angélica Tristán, de 31 años, fueron asistidos por Karen Rodríguez, quien se desempeña en los Centros DIF y que durante la jornada pudo ayudar a cuatro ciudadanos sordomudos.
Calificaron su experiencia como grata y tranquila, ya que a los sitios a los que acuden siempre se enfrentan a que nadie sabe su lengua.
Tras percatarse que eran personas que no escuchaban ni hablaban, empleados de la Dirección de Deportes los canalizaron al área donde se vacunan a mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con discapacidad.
En el espacio, Rodriguez les ofreció acompañamiento y orientación sobre lo que debían de hacer en caso de presentar una reacción a la dosis y los cuidados posteriores.
“Se dieron cuenta que no hablábamos ni escuchábamos y nos acompañaron. Gracias”, dijo Tristán.
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