Una ola de violencia ha sacudido Ecuador, específicamente en la provincia de Guayas, donde se registran al menos 10 personas muertas y 70 detenidas como resultado de ataques criminales que comenzaron el martes 9 de enero. Entre las víctimas se encuentran dos policías asesinados durante los disturbios.
Los criminales tomaron espacios públicos en Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador, sometiendo a civiles y amenazando a las autoridades con armas de fuego. La policía inicialmente reportó ocho muertes, pero las dos últimas corresponden a los cabos segundos Alex Taday y Luis Guanotuña, policías «vilmente asesinados por delincuentes armados» en Nobol.
El presidente ecuatoriano Daniel Noboa emitió un decreto declarando un conflicto armado interno a nivel nacional y ordenando a las fuerzas militares desmantelar 22 grupos del crimen organizado transnacional, considerados como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes.
Hasta el momento, 70 personas han sido detenidas en operativos a nivel nacional. La policía también informó la liberación de tres policías que fueron secuestrados el lunes y fueron rescatados al día siguiente.
La Asamblea Nacional de Ecuador expresó su respaldo a las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y demás funcionarios encargados de mantener la seguridad y la paz. Además, anunciaron la aplicación de «indultos y/o amnistías» según sea necesario para garantizar que puedan cumplir su tarea.
En un pronunciamiento, los miembros del poder legislativo ecuatoriano aseguraron que están trabajando en unidad, sin importar las diferencias políticas e ideológicas, y que ejercerán el control político con oportunidad y prudencia durante este estado de excepción. La policía continuará con operativos para salvaguardar a los ciudadanos en medio de esta situación de violencia.
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