18 de octubre de 2024
La ciudad de Praga ha decidido prohibir los recorridos nocturnos organizados de bares en el distrito histórico, medida que entrará en vigor en noviembre. La acción busca restaurar la tranquilidad de los residentes y posicionar a Praga como un destino turístico cultural.
Tras recibir más de siete millones de visitantes el año pasado, las autoridades optaron por esta regulación ante el problema de grupos de turistas que generan ruido y desorden en las calles. Adam Zabranský, miembro del Consejo municipal y promotor de la iniciativa, comentó que la prohibición no busca restringir el consumo de alcohol, sino frenar el turismo que ha afectado la imagen de la ciudad.
«Queremos alejar el enfoque del turismo alcohólico que se ha vuelto común», dijo Zabranský. La nueva regulación aplicará entre las 10:00 de la noche y las 6:00 de la mañana, y aquellos organizadores que ignoren la prohibición podrán enfrentar multas de hasta 100,000 coronas checas (aproximadamente 4,300 dólares).
Esta medida se presenta después de intentos previos de controlar el problema, como la designación de un alcalde nocturno en 2019, cuyo rol era mitigar el impacto de la vida nocturna en la comunidad. Zabranský también instó a los propietarios de bares a asumir responsabilidad por los efectos de su negocio en los vecinos, destacando que las ganancias no deberían afectar la calidad de vida de los residentes.
Con esta estrategia, Praga espera atraer a turistas que busquen una experiencia más enriquecedora y animar a los visitantes a quedarse más tiempo y explorar la ciudad más allá de su vida nocturna.
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